13 agosto 2009

Sin donantes no hay transplantes





*Por Carolina Soledad Aguilera


“Sin donantes no hay transplantes” es la premisa de la cual parte el presidente de la Corporación del Transplante, Dr. Javier Domínguez, para hablar sobre la necesidad de crear conciencia en la comunidad y lograr mayor cantidad de donantes por cada millón de habitante, en su columna de opinión semanal.


Cada cierto tiempo somos testigos de campañas en los medios de comunicación que se enfocan en casos emocionalmente explotados para conseguir supuestamente ‘apoyo’ de la población, no obstante lo que más se consigue es audiencia para los tv show que abundan en estos días en nuestra televisión abierta. Tal es el caso de Felipe Cruzat o el del ministro Edmundo Pérez Yoma, el primero, un niño que murió esperando un donante compatible; el segundo, un político a quién se criticó por haber logrado un transplante en tiempo record.


Sin embargo, estos casos son esporádicos. ¿Qué pasa con el resto de receptores que esperan un donante?. ¿Qué pasa con aquellos potenciales donantes cuyos casos no son informados? ¿Qué pasa con la decisión de la familia que niega darle vida a otras personas? ¿Qué pasa con la comunidad desinformada que no toma las mejores decisiones frente a este tema?. Sin duda muchas preguntas, cuando lo que en realidad se necesitan son soluciones urgentes.



El caso chileno


Hoy en Chile diversos agentes trabajan para coordinar la detección, distribución y traslado de órganos: Instituto de Salud Pública (ISP), hospitales públicos, clínicas, la Asociación de Dializados y Transplantados de Chile (ASODI), la Corporación de Fomento del Transplante, médicos, coordinadores de la Corporación, la FACH, enfermeras (os), las familias de los donantes. El trabajo de estos no es menor, ya que se extiende desde Arica a Punta Arenas y se ocupan de cubrir las necesidades de los postulantes calificados en la lista de receptores que maneja exclusivamente el ISP.


Las estadísticas indican que actualmente existen en promedio 7 donantes por cada millón de chilenos. Una triste realidad si se piensa que la meta es conseguir 20 donantes efectivos por millón de habitantes, lo que se traduciría en 300 donantes anuales. A esto se suma que en 2008 se registraron sólo 116 donantes en el año, la tasa va en descenso y la cantidad de pacientes en la lista de espera asciende.


Los registros al 2008 indican los siguientes datos respecto al tipo de órgano requerido y la cantidad de donantes existentes: Riñón 1200; Hígado 250; Corazón 10;Pulmón 8; Páncreas 4; Combinados 4. (Fuente: Estadísticas 2008, Seminario “Transplante de Organos en Chile: Factores clínicos y sociales” Agosto 2009)


Asimismo, existen ciertos mitos respecto de la donación de órganos, producto de la falta de educación en la población. Entre ellos podemos encontrar que: se piensa que los doctores declaran muerte encefálica sin haber hecho un esfuerzo suficiente para salvar al paciente; que la familia del donante se lleva la mayor parte de los gastos; que la lista de donantes es manejada según intereses económicos o influencias externas; que existe el tráfico de órganos; entre otros.


La Corporación del Transplante quiere terminar con esto y fomentar la donación, logrando que la población entienda la necesidad latente y entendiendo que la opinión de la familia se respetará en todo momento, al igual que la decisión en vida que el potencial donante haya manifestado respecto de la entrega de sus órganos.



Desafíos


Frente a la realidad que se vive actualmente en Chile, podemos concluir que existen diversos desafíos que debemos asumir como sociedad, como posibles donantes, como posibles receptores y como Gobierno.


Se hace necesario y urgente el institucionalizar el sistema, generar políticas intrahospitalarias y fortalecer las políticas de procuramiento de órganos a lo largo del territorio nacional. Esto permitiría contar con un sistema único que coordine a centros médicos públicos y privados, lo cual debiera estar en manos de la Corporación del Transplante.


Como bien señaló el Dr. Oneglio Pedemonte, jefe de la UTI Cardiovascular del Hospital Gustavo Fricke, en el seminario “Transplante de Organos en Chile”, donde participó como expositor: “lo que necesitamos no es la creación de más centros coordinadores, sino que la creación de conciencia frente al tema”.


Algunos de los temas que debieran ajustarse imperativamente se relacionan con la ‘declaración’ de muerte encefálica como único tipo de causa válida para decretar potenciales donantes; de cambiar esta situación sería posible obtener órganos de donantes fallecidos por paro cardíaco. Asimismo, se busca establecer en la ley la equivalencia de la muerte por muerte encefálica con aquella provocada por criterios clásicos.


Otros tópicos dicen relación con la educación de la población a través de programas constantes sobre la donación de órganos, para disipar dudas, mitos y temores respecto al tema. Así como también concientizar sobre la necesidad de ser donante para dar vida a uno o más pacientes que lo requieran.


Todo esto podría aplicarse luego de una exhaustiva revisión a la Ley de Transplante N°19.451.


De esta forma, podremos recordar que sin donantes no hay transplantes y que más allá de revisar y modificar la actual Ley de Transplante N°19.542, se requiere un esfuerzo como país para ayudar a niños, jóvenes y adultos que hoy esperan por un órgano que les permita obtener mayores expectativas de vida.



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