22 julio 2009

El Peso de las Ferias Libres


Por Claudio Nuñez M*


Las Ferias Libres de la actualidad reconocidas tanto en la práctica como en los discursos, tienen una historia a nivel nacional de setenta años de vida pública (durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda 1938 – 1941 los comerciantes logran la legalidad para el uso de la calle) y una prehistoria de al menos dos siglos y medio de continua incertidumbre en relación a su estabilidad.
Sucede que las ferias libres son forma articulada y estratégica de desarrollo, sin embargo a los ojos de muchos son espacios de aglomeración y desconcierto; desde esta perspectiva debemos reasignar un lugar de importancia a uno de los componentes que más huella ha dejado en la historia de la ciudad de Quillota.

El concepto de feria libre tiene como argumento un recorrido que va desde el estado de carencia y necesidad a la subsistencia, de la no propiedad a la inclusión. Inclusión que permite cobijar las relaciones libres y abiertas en un permanente flujo de ciudadanos, poniendo un alto a la impersonalizada vida urbana y otorgando luz verde al transitar de lo cívico. Hoy en día la gran mayoría de las ferias radicadas en la ciudad de Quillota cuentan con un lugar legítimo donde vender sus bienes, esta ubicuidad se constituye en característica, fortaleza y oportunidad, es el primer paso hacia la preservación de las relaciones cívicas que antaño configuraban el tejido social de manera más informal.


Complemento a la salud

La Ilustre Municipalidad de Quillota a través de la Oficina de Desarrollo Económico centra esfuerzos en la génesis de modernización ligada a la participación ciudadana, basándose en la premisa del incremento significativo en cuanto a consumo que ha experimentado este sector económico propio de nuestra identidad agrícola.
La estrategia comunal de desarrollo humano y saludable está ligada a la comercialización de productos diferenciados en términos de inocuidad, trazabilidad y bioseguridad alimentaria, por consiguiente mejor valorados al momento de ser adquiridos, además provoca beneficios nutricionales y prevención de enfermedades de mayor prevalencia; como las cardiovasculares, hiperinsulinismo, cáncer, entre otros.

Estudios señalan que este sector productivo desde el año 2006 ha aumentado su nivel de facturación en más del 60%, reflejo de la importancia que han adquirido dentro de los hogares con un crecimiento anual promedio cercano al 20%. Al observar el porcentaje de hogares que compran en la feria libre, también se percibe un incremento: un 74% versus un 69% que anotaba hace un par de años. Históricamente los segmentos más bajos son los que más aportan al nivel de facturación, sin embargo es válido destacar el constante aumento de clientes ubicados en el segmento ABC1.

También se abren puertas para generar alianzas con universidades y consorcios regionales que desarrollan nuevos y mejores productos alimentarios, generando nuevas oportunidades mercantiles para entidades ligadas a lo netamente agrícola junto con aportar a la salud y bienestar de la población: nos referimos al Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS) y al Centro de Intervención para la Obesidad (CIO). Para dar cumplimiento a esta visión es preciso desarrollar inversiones en urbanización y comercialización de alimentos saludables.

En función de lo anterior criterios como relación con la comunidad, gestión empresarial, comercialización, infraestructura, nivel de capacitación y formalización, se constituyen en objetivos y ámbitos de intervención para el desarrollo de cada una de las ferias existentes en nuestra ciudad (en su mayoría ligadas al sector hortofrutícola), a fin de generar una dinámica integral con carácter asociativo.


*Administrador de Empresas / Marketing - Ejecutivo Oficina de Desarrollo Económico Quillota

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