04 septiembre 2007

Inversión Nacional en I+D



En la primera encuesta hecha para este blog, cuyo encabezado plantea la siguiente interrogante: ¿Considera que la inversión en ciencia y tecnología en Chile es deficiente?, el 86% de los votantes afirmó que ‘Sí’, el 9% que ‘No’ y un 4% señaló ‘No me interesa’. Es cierto que este porcentaje puede no ser representativo para un estudio, pero no está lejos de la realidad nacional en materia científico – tecnológica y de inversión en Investigación y Desarrollo (I+D).



La globalización y la nueva economía basada en el conocimiento exigen contar con mano de obra más calificada, desarrollar capacidades de aprendizaje permanente, disponer de centros de investigación competitivos internacionalmente y con impacto nacional, y generar redes interinstitucionales para extraer el mejor rendimiento social a la relación entre educación, conocimiento, ciencia y tecnología. No obstante esto no se ha logrado, y según apreciaciones de Gobierno no se está avanzando lo suficiente como para superar la brecha entre Chile y otros países más desarrollados.



Un análisis basado en el comportamiento de 15 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) concluyó que los países más ricos no invierten en I+D por el hecho de tener más recursos, sino que son ricos porque invierten en este factor. Frente a este tema, el Consejo de Innovación para la Competitividad propone seguir avanzando de manera perseverante y buscando los consensos que esto requiera en la ruta de la Economía del Conocimiento, por la vía de combinar las ventajas del modelo exportador de recursos naturales donde el país ha logrado ya grandes avances, con las habilidades creadas por un esfuerzo creciente en la generación de capital humano y conocimiento que, aplicados al proceso productivo, posibiliten extender este avance a sectores basados en ventajas competitivas adquiridas.




“Para alcanzar el éxito en la tarea de agregar conocimiento a la producción, se requiere de una mirada sistémica y de una nueva alianza, que combine el esfuerzo emprendedor privado con una participación pública orientada a: asegurar la provisión de los bienes públicos que sustentan la innovación, esto es, el capital humano, las redes de infraestructura física y tecnológica y la investigación científica; y el marco de incentivos y reglas del juego que favorezcan el desarrollo tecnológico y el surgimiento de una mayor diversidad productiva”
(Hacia una Estrategia Nacional de Innovación para la Competitividad, Volumen 1, 2007). Sin embargo, existen otras áreas en las que nuestro país muestra debilidades que urge superar, como la insuficiente diversidad productiva.



Estos factores que, según la evidencia internacional, son hoy las claves para la competitividad y el crecimiento.



Nicolás Eyzaguirre, presidente del Consejo de Innovación, en su discurso inaugural afirmó: “Si queremos duplicar el PIB per cápita de Chile en los próximos 15 años debemos aumentar significativamente el gasto en I+D como porcentaje del PIB, al menos desde el modesto 0,68% del PIB registrado en 2004, hasta niveles cercanos a un 2,5% hacia el fin de ese período, lo que demanda sostener un crecimiento promedio de 13% anual. Para alcanzar dichos niveles, y tomando en cuenta la evidencia internacional, pareciera necesario que el gasto público en I+D como porcentaje del PIB se duplique –lo que equivale a cuadruplicarse en términos absolutos – hacia comienzos de la tercera década de este siglo, convirtiéndose así realmente en una palanca que mueva al sector privado”. Ante esto el gran esfuerzo en esta área le corresponderá precisamente al sector privado, el que debiera multiplicar su gasto total en casi diez veces de aquí al 2020.



Respecto a esta problemática, el Gobierno Central ha planteado una serie de pasos:



  • La creación de una nueva política de desarrollo, que pasaría primero por aumentar el gasto en investigación y desarrollo hasta superar al menos el 1% del PIB en el año 2010
  • Aumentar la dotación de capacidad científica-tecnológica, especialmente en recursos humanos de excelencia mundial.
  • Implementar iniciativas que favorezcan el desarrollo de alianzas estratégicas entre empresarios y científicos.
  • Utilizar de forma más intensiva la propiedad intelectual como herramienta de negocios.
  • Descentralizar los programas de Gobierno.




Fuentes:


  • Discurso Michelle Bachellet en Academia Chilena de Ciencias, diciembre de 2005
  • Hacia una Estrategia Nacional de Innovación para la Competitividad, Volumen 1, 2007
  • Discurso inaugural Nicolás Eyzaguirre Consejo de Innovación para la Competitividad, 2007

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